camina de avión |
Se trata de un aparato casero tan realista que hasta el Instituto de Mantenimiento Aéreo del aeropuerto Bordeaux-Merignac le pidió a Laurent que les explique paso a paso cómo lo hizo, y otra compañía de mantenimiento aéreo se contactó con el para usar su invento para simulaciones.
Aigon se pasó los últimos cinco años invirtiendo miles de horas de trabajo y, tambén, miles de euros, en comprar todos los componentes que necesitaba y descifrando como ubicar cada pieza para construir la cabina de avión de sus sueños.
Pero Laurent asegura que todo valió la pena, ya que ahora puede experimentar la sensación de despegar, subir hasta las nubes y bajar de nuevo a tierra, sin nunca dejar la comodidad de su hogar.
Aparte de cumplir su meta, parece que Laurent consiguió un nuevo trabajo: piensa dedicarse a construir profesionalmente simuladores de aviones, ya que tanto le gusta.